Francisco: Que la luz de María disipe las tinieblas de la guerra
Amedeo Lomonaco - Ciudad del Vaticano
Las apariciones de María en Fátima, Nuestra Señora de Aparecida, la Virgen del Pilar y el mes de octubre dedicado al Rosario. En los saludos a los peregrinos, después de la catequesis, el eje permanente es la Santísima Virgen. Al saludar a los fieles de lengua alemana, el horizonte se extiende, en particular, a Fátima:
Que la Santísima Virgen María, cuyas apariciones en Fátima conmemoramos mañana, sea nuestra guía en el camino de continua conversión y penitencia para ir al encuentro de Cristo, sol de justicia. Que su "suave luz" nos libre de todo mal y disipe la oscuridad de este mundo atormentado por las guerras.
Nuestra Señora del Pilar y Nuestra Señora de Aparecida
Saludando a los fieles de habla hispana, el Papa Francisco recordó que hoy se celebra a la Virgen del Pilar, "Patrona de la Hispanidad":
Que Ella interceda por nosotros ante su Hijo, para que podamos descubrir el deseo que Él ha puesto en nuestros corazones, y nos dé la gracia de llevarlo a cumplimiento.
A los peregrinos venidos de Portugal y de otros países de lengua portuguesa, especialmente de Brasil, el Pontífice les dirigió estas palabras:
Hoy celebramos a Nuestra Señora de Aparecida con tantos hermanos y hermanas que peregrinan a su Santuario. Y allí, junto a la Virgen Madre, rezan el rosario y cantan a Nuestra Señora de Aparecida. Recemos con ellos por la paz y pidamos a la Virgen que nos ayude a asumir el gran deseo del Padre Celestial: hacernos a todos partícipes de su plenitud de vida.
El Rosario
La invitación a rezar el Rosario acompañó finalmente el saludo del Papa Francisco a los fieles polacos:
El mes de octubre está dedicado al Santo Rosario. Recitando esta oración, dejen que su vida y sus elecciones cotidianas sean iluminadas por Cristo, esplendor de la Verdad. Al meditar sobre los misterios de la luz, recuerden a San Juan Pablo II que quiso añadirlos a la contemplación de los otros momentos de la vida de Jesús.
Consagración al Corazón de María
El pasado 25 de marzo, durante la Celebración de la Penitencia en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco consagró a Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María. "Madre de Dios y nuestra, solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón Inmaculado a nosotros mismos, a la Iglesia y a la humanidad entera, de manera especial a Rusia y a Ucrania... Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos el perdón", fue la oración del Pontífice: "Líbranos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear". Haz que cese la guerra, procura la paz al mundo. Haznos artesanos de la comunión".
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