Buscar

Ángelus del Papa: La Iglesia necesita personas verdaderas como Pedro y Pablo

A la hora del Ángelus, en la solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo, Francisco instó a imitar la “fortaleza, generosidad y humildad" de los dos santos. “Fueron personas verdaderas y nosotros, hoy más que nunca, necesitamos de personas verdaderas”.

María Cecilia Mutual - Vatican News

En la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, tras celebrar la Santa Misa en la Basílica Vaticana con la bendición de los Palios para los nuevos arzobispos, el Papa Francisco rezó la oración del Ángelus asomado desde la ventana del Palacio Apostólico.

El Obispo de Roma inició su reflexión basándose en una frase del Evangelio de Mateo, cuando Jesús le dice a Simón, uno de los Doce: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt 16,18).

Pedro, afirmó el Papa, es un nombre que tiene varios significados: puede significar roca, piedra o simplemente piedrita. Y, en efecto, si nos fijamos en la vida de Pedro, encontramos un poco de estos tres aspectos de su nombre.

“Pedro es una roca: en muchos momentos se muestra fuerte y firme, auténtico y generoso. Lo deja todo para seguir a Jesús, lo reconoce como Cristo, el Hijo de Dios vivo”, explicó Francisco, recordando también que luego, “con franqueza y valentía, proclama a Jesús en el Templo, antes y después de ser arrestado y azotado”. “La tradición nos habla también de su firmeza ante el martirio”.

Pedro es piedra, punto de referencia para la comunidad

Pedro es también una piedra, puntualizó el Papa, “apta para ofrecer apoyo a los demás: una piedra que, cimentada en Cristo, sirve de apoyo a los hermanos para la edificación de la Iglesia”. El apóstol, recordó además el Pontífice, “se preocupa por los que sufren, promueve y anima el anuncio común del Evangelio. Es una ‘piedra’, un punto de referencia fiable para toda la comunidad”.

Finalmente, “Pedro es también una piedra sencilla: a menudo aflora su pequeñez”. A veces, observó el Santo Padre, “no comprende lo que hace Jesús. Ante su arresto, se deja vencer por el miedo y lo niega, luego se arrepiente y llora amargamente pero no encuentra el valor de permanecer bajo la cruz. Se esconde con los demás en el cenáculo, por miedo a ser apresado. En Antioquía se avergüenza de estar con los paganos convertidos. Por último, según la tradición del Quo vadis, intenta huir ante el martirio, pero se encuentra con Jesús en el camino y encuentra el valor para volver atrás”.

Pedro es un hombre como nosotros, no un superhombre

"En Pedro está todo esto: la fuerza de la roca, la fiabilidad de la piedra y la pequeñez de una simple piedrita", resumió el Papa. “No es un superhombre: es un hombre como nosotros, que dice ‘sí’ a Jesús con generosidad en su imperfección, aseguró, evidenciando que también en él como en los otros apóstoles y santos “es Dios quien nos hace fuertes con su gracia, nos une con su caridad y nos perdona con su misericordia”.

Y es con esta humanidad verdadera con la que el Espíritu forma la Iglesia. Pedro y Pablo eran personas verdaderas, y nosotros, hoy más que nunca, necesitamos personas verdaderas”.

Imitar la fortaleza, la generosidad y la humildad de los Apóstoles

Antes de rezar a la Madre de Dios y concluir su reflexión, el Papa invitó a los fieles congregados en la plaza de San Pedro a plantearse algunas preguntas:

¿Hay en nosotros ardor, celo, pasión por el Señor y por el Evangelio, o es algo que se desmorona fácilmente? Y luego, ¿somos piedras, no piedras de tropiezo, sino piedras de construcción para la Iglesia? ¿Trabajamos por la unidad, nos interesamos por los demás, especialmente por los más débiles? Por último, pensando en la piedrita: ¿somos conscientes de nuestra pequeñez? Y sobre todo: en nuestras debilidades, ¿nos confiamos al Señor, que realiza grandes cosas con los que son humildes y sinceros?

Y finalmente, a María, Reina de los Apóstoles, elevó su oración pidiéndole ayuda para que seamos capaces de “imitar la fortaleza, generosidad y humildad de los santos Pedro y Pablo”.

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

29 junio 2023, 12:22

El Ángelus es una oración recitada, en recuerdo del Misterio de la Encarnación, tres veces al día: a las seis de la mañana, a mediodía y a las seis de la tarde, momento en el que se toca la campana del Ángelus.
El nombre Ángelus deriva de la primera palabra de la oración en latín: Angelus Domini nuntiavit Mariae... La plegaria consiste en tres frases sencillas sobre la Encarnación de Jesucristo y tres Ave Marías.
El Papa recita esta oración junto a los fieles en la plaza de San Pedro los domingos a mediodía y en las Solemnidades. Antes, pronuncia una breve alocución basada en las Lecturas del día. Tras el rezo del Ángelus, saluda a los peregrinos.
Desde el domingo de Pascua hasta el de Pentecostés, en lugar del Ángelus se reza el “Regina Coeli”, oración que recuerda la Resurrección de Jesucristo y tras la que se recita el Gloria tres veces. 

Últimos Ángelus / Regina Coeli

Leer todo >