Garantizar la libertad religiosa y los códigos de conducta en la red
Tiziana Campisi – Vatican News
La Santa Sede está preocupada por los crecientes ataques contra sinagogas, cementerios judíos y otros lugares de esa comunidad. Los ataques contra lugares de culto van contra la letra y el espíritu del derecho a la libertad de pensamiento, conciencia, religión o creencia: reza la declaración de la misión permanente de la Santa Sede ante la OSCE – Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa –que leyó monseñor Luciano Suriani, nuncio apostólico en Macedonia del Norte, durante la Conferencia sobre la lucha contra el antisemitismo en la región europea celebrada los días 6 y 7 de febrero en Skopje.
La misión de la Santa Sede reitera su apoyo al trabajo de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la OSCE sobre las necesidades de seguridad de las comunidades judías y otras comunidades religiosas, y reitera – como afirmó el Papa Francisco en su discurso del 8 de febrero de 2021 al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede – que la protección de los lugares de culto "es un deber de las autoridades civiles, independientemente del color político o la afiliación religiosa".
La libertad religiosa es esencial
En los últimos años han aumentado las restricciones a la libertad del pueblo judío para cultivar sus tradiciones religiosas y vivir según los dictados de su conciencia, señala la Misión Permanente de la Santa Sede ante la OSCE, añadiendo que:
Pero para la Santa Sede, la libertad religiosa es esencial en una sociedad laica, "tanto para los creyentes como para los no creyentes, ya que protege la esfera más íntima de cada persona y la identidad de las diferentes comunidades religiosas que viven en nuestras sociedades".
El peligro del antisemitismo en internet y en las redes sociales
También preocupa a la Santa Sede la tendencia a trivializar o menospreciar el Holocausto, por ejemplo con referencia a los conflictos en curso en la región de la OSCE o en otros lugares.
"El pueblo judío ha sufrido mucho en diferentes épocas y en muchos lugares".
Así reza la declaración de la Santa Sede, en la que se añade que "el Holocausto fue, sin duda, el peor sufrimiento de todos".
Por lo tanto, para la Santa Sede, "la singularidad y unicidad del Holocausto hacen inaceptable cualquier forma de comparación con fenómenos similares".
Sobre el antisemitismo en la era de la inteligencia artificial, la Santa Sede señala que con internet y la difusión de las redes sociales, los contenidos antisemitas "pueden hacerse fácilmente virales a través de la amplificación algorítmica, con un efecto multiplicador nunca antes experimentado", sin que los autores sean fácilmente identificables, por lo que "si los mismos derechos que las personas tienen fuera de internet deben ser protegidos en internet, los deberes y responsabilidades que las personas tienen fuera de internet también deben ser reclamados en internet".
La Santa Sede considera que "debe prestarse una atención específica al papel de los proveedores de servicios de internet y de los servicios de redes sociales", sugiriendo códigos de conducta con "sanciones apropiadas para las infracciones, incluida la censura pública", y para determinadas circunstancias, la intervención del Estado.
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