Krajewski: "Me han contado el infierno de Gaza"
Alessandro De Carolis - Ciudad del Vaticano
Se necesita un gran corazón para hacer espacio al dolor y revestirlo de esperanza cuando todo - una casa, un afecto, una vida - han perdido repentinamente certezas y calidez, y una precariedad llena de miedos se ha convertido en la nueva normalidad. Después de innumerables visitas a la zona de guerra en el teatro ucraniano, para el cardenal Konrad Krajewski ha llegado la hora de llevar el abrazo y la ayuda del Papa para la Navidad al otro frente que, desde el 7 de octubre pasado, ha caído sobre la Franja de Gaza y toda Tierra Santa en la oscuridad de otra tragedia.
La caricia del Papa en los huérfanos
"Un encuentro muy difícil"
Por la tarde, llega el momento de un "encuentro muy difícil". El cardenal Krajewski habla de cuatro personas, más bien jóvenes, que han venido a hablar con él. Tuvieron la suerte de salir de Gaza antes del inicio del infierno. Porque de esto, reitera, se trata allí. "Todos sus familiares se quedaron. Una chica perdió a 12 miembros de su familia. Han venido para contar cómo están las cosas, para poder decirle al Santo Padre todo el infierno que hay allí, que falta el agua, falta la corriente, que la gente que está alrededor de la iglesia son casi 600 personas". Hemos rezado juntos, añade, "ciertamente muy afligidos pero no sin esperanza".
Belén, una sola entrada
Un día entero pasado en la tierra donde Jesús nació y, donde hoy, se transita con el cuentagotas y bajo estricto control. "Podíamos entrar por un lado, la única entrada, porque los palestinos no pueden salir de Belén, deben estar en la ciudad". Mañana, dice el cardenal Krajewski, "veremos dónde podemos ir a apoyar a las diversas comunidades religiosas, a los sacerdotes que trabajan en esta situación muy difícil". Refiere que también se ha reunido con el obispo greco-católico: "Hemos hablado de cómo podemos aumentar las ayudas". Porque en la Navidad sin luces de este año, la luz que calienta e indica una dirección es solo la de la proximidad.
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