Parolin: Sin diálogo no se construye la paz
Paolo Ondarza - Ciudad del Vaticano
"Al tiempo que reafirma el derecho inalienable a la legítima defensa, la guerra es siempre un fracaso de la humanidad en su conjunto y no sólo de las partes individuales implicadas". Todas las guerras están en contraposición con la dignidad humana y "no están destinadas por su naturaleza a resolver los problemas, sino más bien a agravarlos". Con estas consideraciones, el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Pietro Parolin, inauguró la "Mesa por la Paz" en Roma, en el Palacio de la Cancillería. Junto a él, este viernes 10 de mayo por la mañana se encontraba una treintena de Premios Nobel de la Paz, entre ellos la guatemalteca Rigoberta Menchù Tum, el ruso Dmitrij Muratov, el yemení Tawakkol Karman, así como personalidades como Machel Mandela, viuda de Nelson Mandela, y el administrador de la Nasa Bill Nelson.
El acto inaugura el evento #BeHuman, el segundo Encuentro Mundial sobre Fraternidad Humana, organizado hoy y mañana por la 'Fundación Fratelli tutti': doce mesas temáticas abiertas al público y algunas de ellas retransmitidas en directo vía streaming, con la participación de científicos, economistas, médicos, directivos, trabajadores, campeones deportivos y ciudadanos de a pie. Todos juntos para buscar alternativas a las guerras y la pobreza inspiradas en el principio de fraternidad.
La guerra afecta a la dignidad humana
"Dios creó al hombre para vivir en paz y custodiar la Creación, no para destruirla". Al atentar contra la dignidad humana y orientarse en una dirección diametralmente opuesta a la creación, la guerra, subraya Parolin, "atenta no sólo contra la dignidad de los demás, sino también contra la propia".
Cuestionar el concepto de "guerra justa"
Según el Secretario de Estado, hoy "el concepto mismo de 'guerra justa', nacido en una época en la que los conflictos tenían un alcance relativamente limitado, debe ser cuestionado. En la era contemporánea, con la llegada de las armas nucleares y las armas de destrucción masiva, esta teoría se presenta como altamente problemática".
Que La voz de la diplomacia prevalezca sobre la de las armas
En su discurso introductorio, el cardenal se refiere a la Bula de Indicción del Jubileo promulgada este jueves 9 de mayo por el Papa Francisco y subraya que sin diálogo no solo no se construye la paz, sino que se desencadena la guerra, que sustituye la voz de la diplomacia por la de las armas. A continuación, el cardenal cita los tres ámbitos de compromiso señalados por el Pontífice para que empiecen a sembrarse las semillas de la paz: remediar las causas de la injusticia, saldar las deudas injustas e insolventes y saciar a los hambrientos.
La pobreza, la gran injusticia del mundo contemporáneo
"La liberación de la injusticia promueve la libertad y la dignidad humana" y fundamental, según el cardenal, "es la tutela de la justicia social, sobre todo en el contexto actual, en el que el valor de la persona está seriamente amenazado por la tendencia generalizada a recurrir exclusivamente a los criterios de utilidad y de tener". La ausencia de justicia social, prosigue el cardenal, es la premisa de la pobreza, "una de las mayores injusticias del mundo contemporáneo" en el que "los que poseen mucho son relativamente pocos y los que no poseen casi nada son muchos". De ahí la "falta de educación, que a menudo conduce al extremismo y al fundamentalismo".
Deuda y fraternidad
Además de la pobreza de las personas, el cardenal cita la de los países que "no pueden hacer frente a la deuda externa": "Al tiempo que se reafirma el principio de que la deuda contraída debe ser honrada", según Parolin, es necesario "no comprometer el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y al progreso", redescubriendo la fraternidad entre las naciones.
La industria armamentística
Hay que prestar especial atención al tema de las armas: en 2023, los gastos en este ámbito ascendieron a 2,443 billones de dólares, mientras que la ayuda al desarrollo se acercó a los 233 billones de dólares. "Las guerras siguen proliferando porque, de hecho, la industria armamentística sostiene la economía de muchos países", señala el cardenal, que repite con contundencia las palabras de Pío XII: "Nada se pierde con la paz. Todo puede perderse con la guerra".
"Debemos hacer todo lo posible para poner fin a la guerra, a los conflictos que asolan el mundo: en Ucrania, en Gaza y en Sudán del Sur", declaró Graça Machel Mandela a los medios de comunicación vaticanos, "debemos empezar a hablar de las causas profundas, porque sin tocar las razones por las que existe un conflicto, podemos hablar de paz, pero el conflicto siempre volverá a surgir. Mi esperanza es que podamos enviar un mensaje para unir a la familia humana en la fraternidad".
"Frente a una crisis mundial en la que no hay verdadero diálogo ni multilateralismo, sino sólo posiciones de poder", dice Rigoberta Menchù Tum por su parte: "Estamos reunidos y tenemos una gran oportunidad. La mayoría de los presentes en esta cumbre han ejercido un liderazgo espiritual, político o técnico. Juntos podemos formar una alianza mundial con la gente corriente, porque la inmensa mayoría de la población mundial no toma decisiones sobre su propio futuro, sino que vive con las consecuencias de las decisiones de otras personas".
Los participantes en la Mesa de la Paz serán recibidos en audiencia por el Papa Francisco mañana, 11 de mayo, y después por el Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella.
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