El Sínodo, un camino de renovación en la Iglesia
Tiziana Campisi y Roberto Paglialonga
El texto del borrador del Documento Final ha sido entregado hoy, 21 de octubre, a todos los participantes en el Sínodo y, por tanto, «hemos llegado a un momento fundamental», ha afirmado Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación y presidente de la Comisión de Información del Sínodo, en el briefing para periodistas celebrado hoy en la Oficina de Prensa de la Santa Sede. «El viernes por la tarde se celebraron las reuniones de los grupos de estudio con los miembros del Sínodo sobre los temas que se les habían confiado», informó primero Ruffini.
Y esta mañana, «antes del momento de la lectura personal del texto», informó a continuación, «hubo una comunicación improvisada del cardenal Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, sobre el Grupo 5». Ruffini dio la lectura íntegra del texto (del que publicamos un resumen aparte), añadiendo «que el Papa estaba presente esta mañana en la congregación general y que al final de la intervención del cardenal Fernández hubo aplausos de los presentes».
Momentos de oración e iniciativas sinodales
Ruffini también quiso compartir la alegría que todos los sinodales llevan aún en el corazón por la celebración presidida ayer por el Papa, en la Plaza de San Pedro, para la proclamación de 14 nuevos santos: «Un acontecimiento significativo también porque tuvo lugar en la Jornada Misionera Mundial y en el corazón de nuestro camino sinodal».
Y justo ayer por la tarde, continuó, «se celebró un momento de oración que reunió en línea a los misioneros digitales que participaron en el camino de la Iglesia que escucha» al que también se dedica un espacio en el Instrumentum laboris.
Para concluir, Ruffini recordó que el viernes 25, a las 17 horas, en el Palacio San Calisto, tendrá lugar el evento 'Sínodo del Deporte' -organizado por Athletica Vaticana con el Dicasterio para la Cultura y la Educación- al que se han inscrito muchos padres y madres sinodales. «Es un espacio de diálogo con los atletas refugiados, paralímpicos y olímpicos, para debatir sobre los temas de la paz y el servicio mutuo», explicó.
La presentación del borrador del Documento Final
Al repasar la mañana sinodal de hoy, Sheila Pires, secretaria de la Comisión para la Información, recordó que «estamos en la última semana de este Sínodo sobre la Sinodalidad». La jornada, explicó Pires, se abrió con la celebración de la Misa en San Pedro. En su homilía, «el cardenal Grech subrayó que el Sínodo debe ser visto como un nuevo comienzo, destinado a anunciar la Palabra de Dios a todos». A continuación, la congregación general - 351 estaban presentes en la sala - «comenzó con la meditación del padre Radcliffe, centrada en los temas de la libertad y la responsabilidad».
Y tras la meditación, se presentó el borrador del Documento Final precisamente -se señaló- «con el espíritu de libertad imprescindible para recorrer este tramo final del camino sinodal». Fue el cardenal Hollerich quien presentó el borrador del Documento Final, describiéndolo como «un texto provisional, lo que significa que requiere confidencialidad: no por falta de transparencia, sino para mantener un ambiente abierto y sereno para la discusión».
«Todos los participantes recibieron una copia del texto, que es el resultado de un trabajo de colaboración», explicó Pires. «El original está en italiano, con traducciones disponibles en las otras lenguas del Sínodo, pero se hizo hincapié en que la versión italiana es la referencia para la comparación».
«El Documento Final», se reiteró, “no es sólo el producto de las discusiones en el aula, sino que se nutre de un rico camino e incorpora todo el trabajo realizado a lo largo de los años durante las diversas fases del proceso sinodal”, señaló el secretario de la Comisión para la Información. «Los relatores especiales y los expertos se han esforzado por escuchar atentamente lo que se ha dicho y han examinado los informes de los círculos más pequeños».
Además, «las aportaciones de los teólogos han sido significativas tanto para el Documento como para los Foros». Y con este espíritu, la asamblea «aplaudió a todos los que contribuyeron al Documento». «También se recordó que el Documento encuentra su unidad en el Evangelio de la Resurrección de Jesús», añadió Pires, que informó de que »se agradeció a la Madre Angelini y al Padre Radcliffe sus inspiradas meditaciones, que guiaron los trabajos del Sínodo y la redacción del Documento Final».
Los trabajos de la tarde
«Esta tarde ,dijo Pires, los participantes se reunirán en círculos más pequeños para un verdadero intercambio de dones, como dijo el cardenal Grech, para ”compartir desafíos, sueños, dinámicas interiores y nuevas motivaciones nacidas de la lectura del texto». Se trata de una nueva forma de vivir un retiro, quizá no la habitual. Será, por tanto, un día dedicado a la oración, a la meditación y a compartir el borrador del Documento Final».
Por último, concluyó Pires, «mañana y pasado mañana los miembros se centrarán en el desarrollo de los “caminos”». La mañana terminó con una oración por el sacerdote jesuita Marcelo Pérez, asesinado ayer en el estado mexicano de Chiapas, poco después de la misa en su parroquia de Cuxtitali, barrio de San Cristóbal de Las Casas.
La búsqueda de lo que une
En la sesión informativa participaron el cardenal Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el padre Timothy Peter Joseph Radcliffe, asistente espiritual del Sínodo que recibirá el birrete cardenalicio el 7 de diciembre, la hermana Nathalie Becquart, subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo, y monseñor Manuel Nin Güell, exarca apostólico para los católicos de rito bizantino en Grecia.
En su discurso, el cardenal Zuppi dirigió en primer lugar su pensamiento a la ciudad de Bolonia, sede de la archidiócesis de la que es pastor. A la capital emiliana, particularmente probada por la inundación que la ha azotado en los últimos días y que ha obligado a cientos de personas a abandonar sus casas, mientras un joven perdía la vida arrastrado por la crecida de un torrente, el cardenal quiso mostrar su cercanía, por el gran sufrimiento que está viviendo la gente.
A continuación, se centró en la experiencia del diálogo en el Aula Pablo VI, un diálogo que «no es instrumental, sino fundacional para la propia Iglesia». Signo de ello son las mesas en torno a las cuales la gente se sienta para hablar entre sí, escucharse, encontrarse, en una dimensión siempre espiritual, no sólo por las meditaciones y reflexiones -propuestas por el padre Timothy Peter Joseph Radcliffe, y la madre Maria Ignazia Angelini-, sino también por el hecho de que todo se vive en una dimensión amplia, universal, porque en el Sínodo está toda la Iglesia y todo el mundo.
El cardenal Zuppi confió que le impresionó, por ejemplo, el discurso del Vicario Apostólico de Nepal, monseñor Paul Simick. Frente a la dificultad, en el mundo de hoy, de encontrarse, en el Sínodo «buscamos lo que nos une», dijo el arzobispo de Bolonia, para compartir sensibilidades diferentes, también a partir de la procedencia de cada uno. «En esto hay una gran riqueza», añadió el cardenal, “es un gran signo de comunión en un mundo en el que decir las propias ideas parece como ceder o rendirse”.
Para Zuppi, la misma redacción del texto del documento final del Sínodo, que puede parecer laboriosa, es una gran muestra de método, porque la Iglesia está experimentando algo que ojalá pueda experimentar el mundo, ya que «estamos en la misma casa» en la que se aspira a encontrar «una fraternidad que une».
«Creo que es una hermosa experiencia en la que hablamos de todo», dijo de nuevo el cardenal, considerando que incluso la comunicación de esta mañana del cardenal Fernández es fruto de un itinerario en el que no hay censura de temas, algo que es “importante para avanzar” .
“Creo que es un gran método para todos, en un mundo en el que se insinúan o se gritan muchas cosas”, concluyó el cardenal, “una hermosa experiencia espiritual y humana”.
Nuevas formas de ser Iglesia
El padre Radcliffe se detuvo en el camino de renovación en el que se encuentra la Iglesia, un camino que emergerá en el documento final, en el que no hay que buscar decisiones, hay que lanzar títulos. Frente a la desintegración de la sociedad, de la guerra, de este tiempo difícil que vive el mundo, la Iglesia tiene como vocación particular ser signo de Cristo, de la paz, y estar en comunión con Cristo, y a través de este Sínodo emerge una nueva manera de imaginar la Iglesia.
Para el religioso dominico, el documento final ofrecerá imágenes, igual que Jesús ofreció parábolas para anunciar el Reino. «El desafío de este documento es cómo podemos estar juntos de diferentes maneras, y esto será más claro a través de imágenes que de declaraciones», especificó, recordando al Papa que lavaba los pies a los presos, al sacerdote americano, conocido en el norte de Pakistán, pastor entre la gente, con olor a oveja. Imágenes a través de las cuales se puede comprender cómo el Evangelio puede tocar y renovar la Iglesia. El padre Radcliffe señaló que ésta es la manera de leer el documento final del Sínodo, buscando nuevas formas de ser Iglesia, que nos permitan estar en comunión «unos con otros y con Cristo».
La experiencia de compartir con los delegados fraternos
La hermana Nathalie Becquart, subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo, que participa en la comisión de ecumenismo, informó sobre el ambiente de fraternidad con los delegados fraternos. «El sínodo nos da una nueva imagen de ser Iglesia», como la que ofreció el Papa presente entre las mesas para escuchar, o la que surgió durante la oración ecuménica, subrayó, cuando rezamos todos juntos recordando el martirio de San Pedro, que abrió una nueva etapa para las relaciones ecuménicas y la unidad de los cristianos, porque en este sínodo hay una nueva forma de entender el ejercicio del primado papal y la colegialidad de los obispos y de todo el pueblo de Dios. Me han llamado la atención las diferencias con respecto al año pasado», dijo la religiosa javeriana sobre el trabajo en el Aula, «hay mucha calidad de escucha mutua, de participación. Y las mujeres están ejerciendo una especie de autoridad con sus intervenciones y aportaciones, prosiguió, además de que hay más mujeres representando a los grupos».
«Son pequeños pasos», continuó la hermana Becquart, reiterando, como dijo el cardenal Fernández, que, paso a paso, las mujeres podrán tener ciertos roles en la Iglesia. «Las cosas cambian por experimentación -concluyó la religiosa-, y este sínodo ofrece precisamente una oportunidad para experimentar, porque cada uno aporta sus dones y carismas. Esto es lo que está ocurriendo entre los delegados fraternos y con las mujeres presentes en el sínodo».
Católicos orientales en Grecia
El trabajo sinodal les está dando la oportunidad de conocerse, explica monseñor Manuel Nin Güell, exarca apostólico para los católicos de rito bizantino en Grecia, que dirige una pequeña comunidad -nacida hace unos cien años, cuando, tras la guerra turco-griega, muchos refugiados griegos llegaron a Atenas- que comprende dos parroquias: una es la catedral de Atenas, la otra está a unos 500 kilómetros al norte, cerca de Tesalónica, en Yannitsa.
Hay siete sacerdotes, dos griegos, un eslovaco y un caldeo, es decir, una gran variedad de orígenes étnicos. Las tres comunidades del exarcado son los fieles griegos, los ucranianos, que llegaron hace unos 28 años con la caída del comunismo en Ucrania, y otros que han llegado recientemente tras la guerra, y los caldeos, es decir, cristianos iraquíes de tradición siro-oriental.
El exarcado también cuenta con una Cáritas que trabaja con ortodoxos y musulmanes, y también hay una fundación para enfermos autistas. El exarcado de Grecia es una Iglesia sui iuris, de tradición católica.
No todo el mundo es consciente de ello, señaló el exarca, y el Sínodo ofreció la oportunidad de conocerse, de conocer la Iglesia católica oriental y el papel de las Iglesias católicas orientales, que tienen las mismas liturgias, la misma teología, la misma espiritualidad, las mismas disciplinas canónicas que nuestras Iglesias hermanas ortodoxas, y con las que queremos tener un diálogo ecuménico, ser puentes.
Preguntas de los periodistas
La paz, la responsabilidad de los laicos en los procesos sinodales y el papel de la mujer en la Iglesia fueron los principales temas tratados en la sesión dedicada a las preguntas de los periodistas.
Sobre la paz, comenzó el cardenal Zuppi, «el Sínodo se ha ocupado de ella de forma explícita y como visión: mi misión -en relación a su reciente visita a Moscú, como enviado del Pontífice, en el contexto de la crisis entre Rusia y Ucrania- nació precisamente porque la Iglesia es, como ha dicho tantas veces el Papa Francisco, un hospital de campaña, tanto espiritual como material, y por tanto debe estar donde la gente sufre y tiene necesidad».
Una sinodalidad vivida en la vida concreta
Algunos representantes de la prensa expresaron su preocupación por la posibilidad de que, una vez terminada la asamblea, pudieran quedar obstáculos o dificultades en los procesos sinodales dentro de sus diócesis.
Pero en realidad, dijo la hermana Becquart, «hay que tener en cuenta que en la práctica siempre existe la libre iniciativa de los laicos, como por otra parte prevé el Derecho Canónico».
En efecto, explicó, recordando la meditación matutina de Radcliffe, «todos están invitados a contribuir a este proceso según su propio carisma». Además, «estamos llamados a creer que todos pueden cambiar, incluso aquellos que hoy son quizás más reacios a aceptar el camino del Sínodo».
Y, citando el testimonio de un obispo estadounidense, subrayó cómo en muchos «la experiencia de estas semanas está cambiando su modo de ver la Iglesia, gracias a la obra del Espíritu Santo». Por eso, «cada uno es responsable, cada uno tiene la posibilidad de encontrar un camino para dialogar y discernir. Durante las sesiones de la asamblea, hemos visto cómo los que viven directamente la sinodalidad, luego acaban adoptándola», concluyó, citando el ejemplo de la reunión preparatoria del año pasado, durante la cual muchos párrocos, que llegaron con escepticismo, acabaron saliendo entusiasmados y cambiados.
En este sentido, añadió en referencia a los trabajos del Grupo de Trabajo 5, que tiene la particularidad de tratar un tema (el diaconado femenino) no abordado directamente por el Sínodo, «la sinodalidad está en acción en cada grupo de trabajo».
El papel de la mujer
Y precisamente en el papel de la mujer se centró la parte final de la sesión informativa. En este punto, Radcliffe instó a no centrarse sólo en las órdenes sagradas, considerando en cambio «los puestos superiores que las numerosas mujeres que han llegado a ser doctoras de la Iglesia han adquirido a lo largo de los siglos de la historia. Si no tenemos en cuenta que los sacramentos y las enseñanzas de la Iglesia son fundamentales, midiéndolo todo por el rasero de la ordenación corremos el riesgo de deslizarnos sólo hacia posiciones muy clericales».
«Es cierto -añadió monseñor Güell- que, leyendo los textos de los Padres de la Iglesia, se puede comprobar cuántos 'apotegmas' pertenecen a madres del desierto, con una notable profundidad teológica, humana y psicológica: evitemos la tentación de enfatizar el papel de la mujer con el clericalismo».
Se hizo eco de ellas la propia subsecretaria Beqcuart, que señaló lo importante que es la perspectiva con la que se mira a la Iglesia. «Hoy ya hay mujeres en altos cargos, presidentas de universidades católicas, de organismos como Cáritas o secciones de conferencias episcopales». Por tanto, «hay muchas formas de promover el liderazgo femenino, basta pensar en los muchos obispos que están nombrando a mujeres como delegadas generales diocesanas, con la posibilidad entonces de competir en el gobierno de la institución».
Es necesaria una conversión de mentalidad
Al tratar este tema, añadió Zuppi «se tiene la sensación de que hay mucho más en la práctica, ya hoy y no sólo en la historia del pensamiento cristiano y católico, de lo que comúnmente se ve».
Después, hay que decir también, prosiguió Becquart, «que siguen existiendo obstáculos y dificultades, que se encuentran sobre todo a nivel cultural y social. Porque la Iglesia forma parte de la sociedad. Lo compruebo, por ejemplo, cuando hablo con obispos o embajadores anglicanos. Si habla un hombre en una asamblea diplomática, se le da importancia a ese discurso, si habla una mujer, la consideración es menor: a menudo es algo inconsciente. Pero esto me convence del hecho, concluyó, de que es necesaria una verdadera conversión de mentalidad, y lleva tiempo: «porque heredamos la mentalidad no sólo de la Iglesia, sino también de la sociedad en la que vivimos».
Finalmente, sobre el temor recordado por Radcliffe en su meditación matutina respecto a la decepción que algunos podrían sentir en el momento de la aprobación del Documento final, el teólogo dominico invitó a «superar la dificultad de comprender la verdadera naturaleza del Sínodo», que -como dijo varias veces el Papa- «no es un parlamento, sino un lugar de escucha en comunión».
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí