El Papa: La guerra es un mal, no olvidemos a Israel, Palestina y Ucrania
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
Hay dolor por Tierra Santa y por la "atormentada" Ucrania, hay preocupación por los niños en guerra, hay cercanía a las familias de las víctimas del terremoto del noreste de China y de la explosión de Conakri en Guinea, hay aliento para la ONG Mediterranea Saving Humans que hace "un gran trabajo" salvando tantas vidas en el mar. Todo esto hay en los saludos del Papa en varios idiomas tras la catequesis de la audiencia general.
Interrumpido por los aplausos de los fieles y de los grupos presentes en el Aula Pablo VI, con la respiración entrecortada pero en tono solemne, Francisco vuelve a denunciar la guerra -toda guerra- que hiere al mundo y que agrava la inminente celebración de la Navidad.
"No olvidemos a las personas y a los pueblos que sufren el mal de la guerra. Las guerras son siempre una derrota, no lo olvidemos. Una derrota", dice.
Un pensamiento para los pueblos en guerra
El Papa, como en tantas otras ocasiones, nos recuerda también en esta última audiencia antes de Navidad que los únicos que ganan con los conflictos son los fabricantes de armas. Por eso llama por su nombre a los tres países donde en estas horas, desde hace meses como en el caso de Tierra Santa, desde hace años en el caso de Ucrania, la guerra está destruyendo toda esperanza de futuro.
"Por favor, pensemos en Palestina, en Israel. Pensemos en Ucrania, aquí está el señor embajador (Andrii Yurash, ed). La atormentada Ucrania, que tanto sufre".
Rezar por la paz ante el belén
También hay un pensamiento para "los niños en guerra", seguido de una invitación a acudir ante el belén: "Pidamos la paz a Jesús, que es el príncipe de la paz". "En estos días, veremos a Dios acostado en un pesebre: es el mensaje de Paz más fuerte para la vida de cada uno de nosotros y para el mundo de hoy", había dicho poco antes el Pontífice en su saludo a los peregrinos portugueses.
Aliento a la labor de Mediterranea Saving Humans
En sus saludos en italiano, el Papa se dirigió en cambio al grupo de Mediterranea Saving Humans, una asociación de promoción social creada para testimoniar y denunciar lo que sucede en el Mediterráneo y activa en el Mare Nostrum para rescatar a los migrantes en el mar. El grupo está acompañado por el capellán padre Mattia Ferrari. Mediterránea, dice el Papa, "se hace a la mar para salvar a la pobre gente que huye de la esclavitud en África. Hacen un buen trabajo estas personas, salvan a mucha gente".
Cerca de las familias de las víctimas del terremoto en China y de la explosión en Guinea
A continuación, la mirada del Pontífice se amplió a China, donde el pasado lunes 18 de diciembre un devastador terremoto de magnitud 6,2 sacudió las provincias chinas de Gansu y Quinghai, en el noreste del país. El balance de víctimas sigue aumentando: ya son casi 200 los muertos y unos 500 los heridos. Francisco está "cercano con afecto y oración" a las poblaciones que sufren:
"Animo a los servicios de socorro e invoco sobre todos la bendición del Todopoderoso para que traiga consuelo y alivio en el dolor".
Con igual preocupación, el Obispo de Roma expresa su cercanía a las familias de los fallecidos y heridos en la explosión que tuvo lugar en Conakry, capital de Guinea, donde ocho personas murieron y 84 resultaron heridas en la madrugada del lunes en la deflagración de la principal terminal petrolífera de África Occidental: "Expreso mi cercanía a las familias de los fallecidos y heridos. Que Dios les sostenga y les doy esperanza", dijo el Papa.
Bendición de la iniciativa de Cáritas en Polonia
Y, para concluir, saludando a los polacos, recordó la iniciativa de Cáritas que se desarrolla en el país, titulada "Ayuda a los niños en Nochebuena". Un proyecto caritativo en el que las velas de Cáritas se encienden en las mesas de las familias más pobres: "Son una expresión de solidaridad con los niños necesitados en Polonia y en los países golpeados por la pobreza", dice el Papa Francisco. "¡Los bendigo de corazón y bendigo las velas de Cáritas!".
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